En cuanto he escrito «Flores de cerezo»,
las flores de esa copa se agitaron
y alargaron el cuello, haciendo que leían,
igual que sobre el hombro de un amigo
leemos una carta.
¿Cómo pueden saber que estoy pensando
en ellas? Ya ha caído en la mesa algún pétalo.(ANDRÉS TRAPIELLO)
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Ese valle es una delicia con tantos cerezos en flor.
Un abrazo.