Carrasquira es una pequeña aldea ribereña, situada en la orilla izquierda del estuario del río Sado, dedicada a la agricultura y a la pesca. El puerto palafitico de Carrasqueira es una obra maestra de la arquitectura popular. Un muelle de madera, soportado por rudas estacas cuyos brazos, cual ciempiés, penetra cientos de metros, serpenteando el pantano, formando una vasta y enmarañada zona de amarre de embarcaciones y puentes por donde fácilmente pueden circular redes, parafernalia y el pescado. A veces flota sobre las aguas y otras permanece sobre el lodo, dependiendo de la alternancia de las mareas. La aldea conserva esta impresionante red de pilotaje, un espacio escénico casi virgen e inexplorado, mezcla de fantasía y realidad, lugar en donde los elfos anuncian el dialecto del viento, capaz de eludir el lodo y permitir el acceso a los barcos de los pescadores, incluso durante la marea baja